viernes, 25 de abril de 2008

Fuzzy head

No sé qué tan adecuado es el título, pero es como tengo la cabeza... como tengo la mente, la vida. Según algunos amigos mi núcleo duro es tener tiempo libre para leer, ver una peli, cocinar, estar tranquilo. Y pues sí, creo que esas son algunas de las cosas que más disfruto y que en los últimos meses poco he podido hacer. Me encuentro dividido entre esos impulsos que me dicen que no debo descansar nunca para llegar a ser alguien y esos no-impulsos que me dicen que la vida es el presente y por lo tanto lo único que vale la pena es disfrutar el hoy.

Cuando pienso mi vida me veo agotado, sin energías, desorientado, lento, viviendo una vida que no es la mía. Pero luego lo pienso y la vida que vivo la he decidido yo y nadie más, entonces no tengo por qué quejarme... pero me encanta quejarme. Claro está que una cosa es quejarse actuando y otra es limitarse a lamentarse, que eso no lleva a nada, es bastante patético.

Ya perdí el hilo otra vez, ya ni sé que quería escribir.
Hoy todo me da vueltas, tengo mi mente entre un sueño que quiere vivir y una realidad que tiene que vivir. Y a ratos el sueño coincide con la realidad, pero luego la realidad adquiere ese matiz que le da la rutina y el pasar el día a día sin saber para donde voy que revuelve todo en mí. Ahi es cuando más odio mi realidad y pienso que debo deshacerme de todo, pero luego lo pienso más y veo que mi realidad no es nada mala, que simplemente falta encajar ese sueño para aumentar las ganas de vivir, para ser conciente, para volar.

miércoles, 9 de abril de 2008

Melancolía...


No es que esté melancólico ni nada por el estilo. De hecho estoy bastante tranquilo, bastante lleno con lo que tengo aquí.

Estuve en Lisboa hace unos días, cumpliendo dos sueños en uno. Y la verdad no creí poder sentir en la gente una sensación de melancolía, como dicen que sucede en Estambul, pero aquí la encontré y me fascinó. Era como ver gente más conciente de la vida, con muchos sueños, llenos de ideas, muy tranquilos. Unas miradas que te llevan lejos, a la profundidad.

Cuestionas tu vida, cuestionas tu presente, pasado y futuro. Ya no sabes lo que estas haciendo con tus días, no estás tan seguro si estás viviendo o no. Pero a la vez tienes esa sensación que las cosas están bien y que en cualquier momento serán mejores. Quedas tranquilo pues sabes que eres conciente. Le sigo dando vueltas y creo que es el rio, el Tajo.

Luego vuelves a tu realidad y ves que no está mal, pero eres más conciente que nunca que nada es eterno, que si quieres ser ese que sueñas debes evolucionar, nunca te puedes estancar.

Y ahí es donde estoy. Y creo que hoy no es el día para pensar para donde voy.